27 agosto 2019
Cuando se habla de “demencia senil” automáticamente en el imaginario colectivo aparecen los adultos mayores que han perdido la memoria y otras habilidades cognitivas y que necesitan ayuda para hacer cosas comunes como asearse, cocinar o salir de compras. Sin embargo, el concepto está mal utilizado.
Según explica la académica de la Escuela de Psicología y Jefa de programa del Diplomado en Demencias: abordaje gerontológico multidimensional, Susana González, “es un término muy antiguo que ya no se usa hace varias décadas, proviene de la época en que a la demencia que comenzaba antes de los sesenta años se la denominaba demencia pre-senil y después de los sesenta años, demencia senil. Era una diferenciación cronológica de las demencias como una manera de clasificarlas».
Es por esto que debiésemos hablar solo de demencias, que consisten en una pérdida progresiva de neuronas y con ello neurotransmisores, causada por distintas enfermedades que dañan el cerebro. La consecuencia de ello es – inicialmente – el déficit de ciertas habilidades cognitivas. “A mediano y largo plazo la persona comienza a necesitar ayuda para realizar actividades que antes hacía de manera autónoma”, resalta la académica de profesión médico psiquiatra y especialista en Psicogeriatría y Psicogerontología.
Por lo mismo, “el desafío para quienes estén en contacto con estas personas es entender de qué se trata la enfermedad, pues hay varios tipos de demencia. La más conocida es la demencia tipo Alzheimer”.
NO NORMALIZAR
En este contexto, falta mucho por avanzar, especialmente en la formación de profesionales. Por ello, desde hace algunos años la Universidad Católica cuenta con un diplomado enfocado en capacitar a los profesionales que se desempeñan con personas con demencia.
“El diplomado de Demencias que estamos dictando apareció como una necesidad de capacitar a profesionales de distintas disciplinas de la salud (psicólogos, médicos, terapeutas ocupacionales, kinesiólogos) y de las ciencias sociales”, dice González. Su necesidad surge porque hay mucho desconocimiento sobre este tema, “el término demencia senil es algo que todavía hasta los mismos médicos ocupan como concepto”.
“La Enfermedad de Alzheimer es la patología que más demencias produce en Chile. “Alzheimer” es un término que a las personas les genera mucho susto, entonces muchas veces los médicos tienen una actitud temerosa, de no atreverse a hablar con la persona afectada y con la familia, no decir las cosas por su nombre, por susto o por temor a que la persona se deprima y la familia se aterre. Y se habla de demencia senil y al hacerlo es como normalizar la situación, es como decir que la demencia es causada por el envejecimiento y que todas las personas sobre los 60 años en algún momento nos vamos a poner dementes. Eso no es verdad”, asevera.
“El diagnóstico no se está haciendo de buena manera y cuando se hace se comunica mal o no se comunica y por lo tanto empezamos informando mal o desinformando. La idea es tener profesionales que estén capacitados para hablar correctamente de una demencia específica, sea Alzheimer u otra. Que estén capacitados para poder sospechar o hacer el diagnóstico de demencia y transmitirle estos conocimientos a la familia de persona con demencia y a la persona con demencia también para que enfrenten la enfermedad de una manera eficiente, de manera que puedan tomar las medidas correctas”, finaliza la doctora.